Solo una de cada tres iniciativas de gestión del cambio tiene éxito. La mayoría fracasa porque abordan el cambio como si fuera una característica de la organización. Pero el cambio es un proceso profundamente humano.
Las organizaciones que logran resultados duraderos son aquellas que reconocen que el cambio es un proceso de aprendizaje: las personas aprendiendo a trabajar de manera diferente o aprendiendo a hacer un trabajo diferente.
Entre más personas se involucren, comprendan y acepten el propósito de su organización, sus razones para cambiar y lo que espera lograr, más optarán por asumir la responsabilidad personal del futuro de su organización. El cambio sostenible ocurre cuando se crea una cultura de aprendizaje que prioriza a las personas, les da voz y las habilidades para aprender e innovar. Las personas toman responsabilidad de lo que crean: si participan en la creación de la cultura, esta prosperará.