Para que las personas rindan al máximo, necesitan sentir que están prosperando, no solo sobreviviendo. ¿Quién tiene esta responsabilidad en su organización: las personas o los líderes?
Las organizaciones centradas en el ser humano que cultivan culturas de trabajo y crean espacios psicológicamente seguros superan a las que no lo hacen. En estos lugares de trabajo, los empleados pueden aportar todo su potencial al trabajo, sentir un sentido de pertenencia y desarrollar las capacidades de resiliencia y bienestar personal. Las personas deben sentirse valoradas e integrales para el éxito de una organización, sin importar el puesto de trabajo, y el equilibrio entre el trabajo y la vida personal es crucial para el bienestar de los empleados.
Al trabajar para transformar la calidad de los intercambios entre personas, las organizaciones pueden ayudar a las personas a responder positivamente a las presiones del trabajo y la vida.